domingo, 9 de septiembre de 2007

Si yo fuera tu no leeria esto


Interpretación. Ese toque que le da cada persona a todo lo que interactúa con ella. Por que probablemente “árbol” es mas que una simple planta de tronco leñoso que se ramifica a cierta altura del suelo para un dendrofilo (gracias por al definición Mr. Google), será una amplia gama de sentimientos bizarros que solo el siente. Podemos asociar a inofensivos objetos materiales una cantidad de sentimientos impensados para una maquina que solo ve lo tangible y el árbol ya no es solo un montón de hojas pegadas a un tronco, sino quizás la nostalgia de quien tubo una casa en un árbol como aquel, o profunda tristeza para quien su hija murió aplastada por uno y amor verde para un ecologista empedernido (dendrofilia???xD). Pero esta característica tan interesante de nuestra interacción con el medio, parece aún mas impresionante cuando se lleva al arte, y es justo en este punto donde estuve cavilando por un tiempo, pegado a unos audífonos luego de leer la interpretación en una pagina sobre cierta canción.
Por años la escuche apasionadamente, intentando entender que quería transmitir Vedder. Y creí entender, formé en mi mente una pequeña representación del tema y paso el tiempo. Hasta que ayer leí aquella página y la forma de entender el tema que, aunque no mucho, difería de la mía. Y me pegue la vola’.
¿Por que cuando digo “el grito” en la mente de algunos se generó un vinculo inmediato con Van Gogh y su pintura, otros vieron en su mente a Guayasamín y su grito y otros recordaron a Sarah Michelle Gellar arrancando de un pequeño chino azul?. Parece tener respuesta tan evidente: todos procesamos lo percibido de (a veces muy) diferente manera, y por lo tanto interpretamos diferente y parte de esa diferencia esta dada por que cada vez que lo hacemos traemos a la mesa toda nuestra historia personal y, puesto que el calificativo de “personal” no es azaroso, todos interpretaremos diferente al resto.
Y es ese preciso punto el que hace al arte tan especial, o por lo menos el que deja espacio para esta interpretación, a diferencia del arte concreto e insípido que nos dice todo cuanto tenemos que sentir y entender de él. Me fascina ese espacio vital que ciertas obras mantienen abierto para hincar tus dientes en ellas y meter cuchillo en la medula de su composición para manosear cada rincón de su subjetividad.
Por eso, en música, me gustan artistas como Vedder o Yorke que a simple vista no generan coherencia alguna, pero que al pasar por ti esas notas y letras se recubren de un sentido que ni siquiera ellos imaginaron, es lo que hace inmortal al mundo de la música, es lo que nos apasiona a quienes vemos el mundo pintado de corcheas y llaves de sol: la música no solo la hacen quienes la componen e interpretan, la mitad del trabajo lo hace quien la escucha y la siente.
Y se me antoja preocupante el darme cuenta que a veces, cuando a mi lado solo siento soledad, los únicos que me entienden a la perfección son un puñado de tipos a miles de kilómetros de distancia que a través de un pedazo de policarbonato de plástico lograron atravesar el mundo desde su isla hasta este rincón del planeta y conversar de todo y nada conmigo….y además hicieron una canción al respecto. A veces pareciera que componemos juntos.
Amo esa oportunidad de darle vida a lo que antes de pasar por mi no era mas que mucho ruido y letras. Imprimirle sentido al asunto, y saber que quizás quien escribió aquella pequeña obra maestra probablemente si estaba pensando en espejos retrovisores y policías reflejados en ellos, pero que en mi corazón cada nota suena a emancipación, a superar dolor y aprender de la vida para mirar todo mas claramente desde MI espejo retrovisor.
Y cada persona que aferrado a un parlante del cual brota un poco de música interpreta de diferente manera, otorga un matiz impensado a la trama de la canción, probablemente muy diferente al que le otorga aquella otra persona a un océano de distancia escuchando la misma canción, y es esta variedad la que le da la riqueza característica del mundo del sonido. Cada momento de nuestras vidas hace a la canción diferente, la tiñe de colores distintos, por muy tenues que sean. Es esa arista imposible de medir impresa en cada tema que le pone sonido al día a día, “esa” nota combinada con “esa” letra.
De todas maneras, cada momento de nuestras vidas, cada evento, cada día, cada personaje en nuestra historia tiene un tema propio, una canción que calza perfecto allí y que parece escrita a la medida de nuestros mundos. Quien sabe, solo sé que mi música es mi música, aunque no la haya escrito yo. Cada persona es un artista y cada obra de arte le da vida al mundo y el mundo le da vida al arte.
Al final del día, puedes ser el científico mas objetivo del mundo, recto como una tabla, fiel a los números y solo a ellos, pero aun así tienes que aferrarte por un momento al salvavidas de la locura subjetiva que otros crearon para que tu mundo no se venga abajo. El arte evita que este mundo contaminado con objetividad se acumule en nosotros hasta la explosión, una sola canción abre un poco mi válvula y me salva con su toque preciso de interpretación. ¿Qué abre tu válvula?

Postdata: juro que en mi mente, ideas como la de este texto son mucho mejores que cuando las saco de ella xDxD

sábado, 8 de septiembre de 2007

falta de sueño

Y no puedes dormir
Escucha al estupido ratón rodar en su pequeña jaula
Mientras la calle encuentra nuevos y extraños sonidos
Con cada ebrio nuevo caminante... coherencia por favor!!
Y tienes que cerrar la maldita puerta abierta
Pero… ¿en que momento se cerro?
JA! Sumérgete en tu propia paranoia
Ahógate en suspenso
Por que esos pasos son muy débiles
Pero muy fuertes a la vez para ser reales
Y como cresta llegaron tan cerca?
Tanta turbulencia solo puede significar una cosa: te dormiste
Pero este sueño no te depara descanso alguno
No con ellos encima tuyo

Duerme feliz